El Bulevar del Papagayo es consciente del enorme potencial cultural que tiene el área urbana en que está situado. No en vano, este complejo residencial y comercial linda con la iglesia de las Capuchinas (Panaderas, 40) y el Museo de Belas Artes (Zalaeta s/n), que a su vez está ubicado junto a la Biblioteca Real del Consulado de A Coruña (Panaderas, 58).
La propuesta del Bulevar pasa por aprovechar las sinergias de los espacios antes mencionados, ya que estas tres instituciones de carácter marcadamente cultural comparten vecindad en menos de cincuenta metros, sin que exista ningún tipo de interrelación entre ellas. De hecho, las Capuchinas es una iglesia barroca de principios del siglo XVIII, construida por Fernando de Casas, sin actividad ni culto. El propio Museo de Belas Artes intentó en su momento negociar con la Iglesia Católica, concretamente con el obispado de Santiago, una cesión del monumento para relanzarlo como espacio expositivo de arte sacro.
La activación de un “campus cultural” en el ámbito del Bulevar del Papagayo supondría la creación de un nuevo entorno museístico en la capital herculina. El Museo de Belas Artes es una edificación moderna, diseñada por el arquitecto Manuel Gallego, con más de 5.000 piezas relacionadas, principalmente, con la pintura y la escultura de los siglos XVI al XX. La iglesia de las Capuchinas tiene un gran valor en sí mismo: su autor, Fernando de Casas y Novoa, es el principal representante de la arquitectura barroca en Galicia, como lo demuestra la capilla de Nuestra Señora de los Ojos Grandes, en la catedral de Lugo y, sobre todo, la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela.
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Por su parte, la Biblioteca Real del Consulado de A Coruña, la más antigua de las fundaciones culturales privadas de España, contiene grandes joyas de la literatura como un manuscrito de Quevedo, los acuerdos de los tres meses de vida de la Junta de Gobierno de Galicia, hasta su disolución; la primera edición de ‘El Quijote’ con grabados, una traducción holandesa, una biblia alemana con letra gótica o el legado folclórico de Emilia Pardo Bazán. Estos documentos comparten estancia con armarios utilizados por Juana de Vega o incluso con un paragüero fabricado en la primera fundición de Sargadelos. El edificio que contempla los doscientos años de vida de la Biblioteca Real también alberga las sedes de la Real Academia de Bellas Artes, la Academia Galega de Gastronomía, la Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación, y la Academia Galega do Audiovisual.
Entre las opciones que baraja el Bulevar figura la puesta en marcha de un circuito cultural, fundamentalmente expositivo, al aire libre. Para ello habría que aprovechar el callejón que une el Museo de Belas Artes con el propio Bulevar, cuya plaza podría acoger muestras artísticas al estilo de las organizadas en los exteriores del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Esta propuesta plantea la oportunidad de abrir el Museo de Belas Artes al exterior.
El continuo desarrollo del Museo Nacional Reina Sofía, cuyo objetivo principal consiste en promover el conocimiento, el acceso y la formación del público en relación con el arte moderno y contemporáneo, llevó en su día a los responsables de la institución a realizar estudios acerca de la posibilidad de aumentar su superficie. Éstos culminaron en 2001 con la construcción del nuevo edificio por el arquitecto Jean Nouvel, inaugurado en septiembre de 2005. Su proyecto, además de dar respuesta a las necesidades planteadas por el Museo, aspiraba a transformar el entorno urbano de un barrio, el de Atocha, ubicado en el corazón de Madrid. Así surgió la creación de una plaza pública (producto de la ordenación de los nuevos edificios y de la fachada suroeste del actual Museo) que se ha convertido en un espacio de y para la ciudad.
La solución que permitiría cerrar este circuito cultural propuesto por el Bulevar pasa por la unión de la isleta de la Plaza del Pintor Sotomayor con la acera de pares de Panaderas. Esta medida no sólo se adapta a la nueva propuesta de circulaciones prevista para la zona, sino que mejoraría la seguridad de unos peatones que se la juegan continuamente por la reducida dimensión de la acera de Panaderas en el cruce con las calles Orzán y Corralón.
La propuesta del Bulevar pasa por aprovechar las sinergias de los espacios antes mencionados, ya que estas tres instituciones de carácter marcadamente cultural comparten vecindad en menos de cincuenta metros, sin que exista ningún tipo de interrelación entre ellas. De hecho, las Capuchinas es una iglesia barroca de principios del siglo XVIII, construida por Fernando de Casas, sin actividad ni culto. El propio Museo de Belas Artes intentó en su momento negociar con la Iglesia Católica, concretamente con el obispado de Santiago, una cesión del monumento para relanzarlo como espacio expositivo de arte sacro.
La activación de un “campus cultural” en el ámbito del Bulevar del Papagayo supondría la creación de un nuevo entorno museístico en la capital herculina. El Museo de Belas Artes es una edificación moderna, diseñada por el arquitecto Manuel Gallego, con más de 5.000 piezas relacionadas, principalmente, con la pintura y la escultura de los siglos XVI al XX. La iglesia de las Capuchinas tiene un gran valor en sí mismo: su autor, Fernando de Casas y Novoa, es el principal representante de la arquitectura barroca en Galicia, como lo demuestra la capilla de Nuestra Señora de los Ojos Grandes, en la catedral de Lugo y, sobre todo, la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela.
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Por su parte, la Biblioteca Real del Consulado de A Coruña, la más antigua de las fundaciones culturales privadas de España, contiene grandes joyas de la literatura como un manuscrito de Quevedo, los acuerdos de los tres meses de vida de la Junta de Gobierno de Galicia, hasta su disolución; la primera edición de ‘El Quijote’ con grabados, una traducción holandesa, una biblia alemana con letra gótica o el legado folclórico de Emilia Pardo Bazán. Estos documentos comparten estancia con armarios utilizados por Juana de Vega o incluso con un paragüero fabricado en la primera fundición de Sargadelos. El edificio que contempla los doscientos años de vida de la Biblioteca Real también alberga las sedes de la Real Academia de Bellas Artes, la Academia Galega de Gastronomía, la Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación, y la Academia Galega do Audiovisual.
Entre las opciones que baraja el Bulevar figura la puesta en marcha de un circuito cultural, fundamentalmente expositivo, al aire libre. Para ello habría que aprovechar el callejón que une el Museo de Belas Artes con el propio Bulevar, cuya plaza podría acoger muestras artísticas al estilo de las organizadas en los exteriores del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Esta propuesta plantea la oportunidad de abrir el Museo de Belas Artes al exterior.
El continuo desarrollo del Museo Nacional Reina Sofía, cuyo objetivo principal consiste en promover el conocimiento, el acceso y la formación del público en relación con el arte moderno y contemporáneo, llevó en su día a los responsables de la institución a realizar estudios acerca de la posibilidad de aumentar su superficie. Éstos culminaron en 2001 con la construcción del nuevo edificio por el arquitecto Jean Nouvel, inaugurado en septiembre de 2005. Su proyecto, además de dar respuesta a las necesidades planteadas por el Museo, aspiraba a transformar el entorno urbano de un barrio, el de Atocha, ubicado en el corazón de Madrid. Así surgió la creación de una plaza pública (producto de la ordenación de los nuevos edificios y de la fachada suroeste del actual Museo) que se ha convertido en un espacio de y para la ciudad.
La solución que permitiría cerrar este circuito cultural propuesto por el Bulevar pasa por la unión de la isleta de la Plaza del Pintor Sotomayor con la acera de pares de Panaderas. Esta medida no sólo se adapta a la nueva propuesta de circulaciones prevista para la zona, sino que mejoraría la seguridad de unos peatones que se la juegan continuamente por la reducida dimensión de la acera de Panaderas en el cruce con las calles Orzán y Corralón.
1 comentario:
Era hora que alguien se preocupara por la iglesia de las capuchinas. Fui estudiante de arte y una vez un profesor, mediante unos contactos suyos, consiguió que nos la abrieran para unos pocos. Es una auténtica maravilla y da mucha pena verla así.
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